![]() |
||||||||
LA ESPERANZA DE UNA JUSTICIA
“Indignación y conmoción”. Es lo que provoca la muestra fotográfica de Domingo Giribaldi, el cual se lleva a cabo en el Centro Cultural de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga. Mediante la iniciativa del Movimiento de los Derechos Humanos y en coordinación con otras 21 instituciones y organizaciones, hacen posible dicha muestra, con la finalidad de sensibilizar y concientizar al gobierno nacional, regional, local y dar a conocer a la sociedad en general, que el 13 de diciembre de 1984 se asesinó, sin piedad alguna, a más de 123 campesinos, pertenecientes a 8 comunidades, en la comunidad campesina de Putis por miembros del Ejército Peruano. El ambiente de la muestra fotográfica está dividido en tres salas: la primera y la segunda sala tienen una decoración con telas de color negro, el cual significa el pasado triste, frío, oscuro que vivió la comunidad de Putis durante 24 años. Éstas salas muestran las fotografías de prendas de vestir como: camisas, pantalones, faldas, chompas, blusas, zapatos de jebe, correas, anillos, adornos de blusas y juguetes; sin embrago, lo que llama más la atención, es la gran cantidad de prendas de vestir que pertenecen a niños y mujeres. Esta muestra fotográfica está siendo iluminada con velas blancas y acompañadas con claveles de distintos colores: el color rosado significa la sangre derramada de las víctimas que eran y hasta ahora son inocentes, y el color blanco significa la pureza y la inocencia de los niños que no tuvieron nada que ver con la matanza ocurrida en la comunidad de Putis. Entonces concluimos que ésta decoración tiene que ver con el “luto muday” que se practica en las comunidades alto andinas al transcurrir el año del fallecimiento del ser querido. También, en la segunda sala se aprecia un pequeño camino polvoriento construido a base de pequeñas piedras y tierra, con una frase llamativa: “Hermano mío no me vayas a olvidar”, las cuales son palabras de las víctimas que claman justicia, y alrededor de ésta se aprecia velas encendidas y huellas de hojotas que se dirigen hacia Putis; de igual forma, los claveles que significan el florecimiento y el retorno de las personas ha dicha comunidad. No obstante, no todo es tristeza en el ambiente de dicha muestra, ya que la tercera sala, que da el paso a la salida, está decorado con telas de color blanco que simbolizan la esperanza y la paz para la comunidad de Putis; es así que en esta sala se muestran las fotos actuales de Putis. A pesar, de la indiferencia del gobierno, la comunidad de Putis no ha perecido y aún tiene la esperanza del florecimiento y el repoblamiento de dicha comunidad; esto no sale de la simple imaginación sino de una visualización profunda que se hace hacia un detalle pequeño en magnitud, pero con un significado inmenso, como es una manta con una forma de un bebe del cual brotan granos de maíz en cantidad y una ves más se aprecian claveles de distintos colores, entonces deducimos que los granos de maíz significan el nacimiento de nuevos seres que construirán un nuevo Putis.
Según el informe final proporcionada en el 2003 por la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR), en el año de 1984 no menos de 123 campesinos entre hombre, mujeres y niños de las comunidades de Cayramayo, Putis, Sayhua Llamanniyucc, Viscatampata, Mashuacancha, Rodeo, Parobambilla y Rumichaca, fueron salvajemente asesinados por miembros del Ejercito Peruano. Los comuneros fueron reunidos con engaños y fueron trasladados al Centro Poblado de Putis para protegerlos del grupo subversivo Sendero Luminoso. Al día siguiente los militares ordenaron a los varones a cavar una supuesta piscigranja, mientras ellos cavaban sus propias tumbas, sus mujeres eran ultrajadas sexualmente por los militares, concluida la obra encomendada, los militares reunieron a todos los comuneros alrededor de la fosa cavada y a sangre fría los asesinaron a todos, sin dejar sobrevivientes.
En resumen, la muestra fotográfica no solo nos da a conocer aquel pasado violento y sangriento que vivió la comunidad de Putis, sino también nos muestra que durante el gobierno de Fernando Belaunde Terry, se aplicó una política antisubversiva escalofriante y macabra, propiamente castrense. Claro está que fue una estrategia equivocada ya que se pensó que aniquilando a los campesinos se iba ha exterminar al Partido Comunista Peruano-Sendero Luminoso (PCP-SL). Por esta razón, al observar las fotografías recientes de la comunidad de Putis nos damos cuenta de que el gobierno no se ha pronunciado porque la comunidad se encuentra en total abandono, ya que no cuentan con servicios básicos. Esperemos que el caso de la Cantuta sea un ejemplo para abrir nuevos casos como el de Putis, Huancavelica y otros. Los familiares de la Cantuta perdieron hijos, esposos y hermanos; en Putis se perdió 8 comunidades y con ellas un centenar de familias; sin embrago, para ellos aún no ha llegado la justicia, y cada ves que el gobierno muestre su indiferencia, los comuneros de Putis vuelven a morir.
|
![]() |